En noviembre de 2019 se sancionó en la Cámara de Diputados un
proyecto de ley sobre la regulación de los contratos de locación. Previamente la
Comisión de Legislación General había emitido un dictamen de consenso entre las
distintas fuerzas políticas, con el fin de avanzar con la reforma al Código
Civil y Comercial en materia de alquileres.
Muchos de los aportes que resultaron de gran relevancia para
el texto final de ese proyecto fueron elaborados por una organización cordobesa
con experiencia en el trabajo diario con la problemática de los inquilinos. La
ONG Acción y Defensa del Consumidor e Inquilino (conocida por su sigla ADCOIN)
generó y dio forma a las propuestas prácticas para la mejor protección del
inquilino que terminaron siendo receptadas en el dictamen.
Propuestas que si se convierten en ley, que podría aprobar el
Senado, serán la clave para mejorar la situación de todos los locatarios, dar
mayor transparencia al contrato y asegurar un trato digno en la relación entre
las partes, que frente a las necesidades de vivienda de un gran sector de la
población, se vuelven una prioridad de nuestra agenda política.
Entre los puntos más importantes propuestos por ADCOIN e
incluidos en el proyecto sancionado encontramos:
- Se podrá constituir domicilio electrónico, lo que facilitará muchísimo la comunicación entre las partes.
- El depósito deberá restituirse actualizado.
- No se permitirá que se les haga firmar pagarés a los inquilinos ni garantes.
- Establece un procedimiento para arreglos en el inmueble, para la renovación contractual, y brinda una solución práctica frente a la negativa de recepción de la llave.
Además, otros puntos fundamentales en los que hubo un gran
consenso por parte de todas las organizaciones de defensa de los inquilinos,
fueron la extensión del plazo mínimo a tres años y la prohibición de cobrar
expensas extraordinarias. Tanto para dar estabilidad a la parte más débil de la
relación contractual, como para frenar los abusos respecto del cobro de
expensas, que de ninguna manera corresponde abonar a quien se encuentra
circunstancialmente en un inmueble.
La ley contiene algunos temas sobre los que habrá que
observar su implementación para sacar conclusiones, como las modificaciones al
régimen de garantías y los proyectos de políticas públicas para el alquiler
social.
El asunto controversial de esta ley es que impone un índice
de actualización que posiblemente generará incertidumbre sobre el monto mensual
a abonar por el inquilino, y que podría terminar perjudicando a ambas partes,
además de ser contraria a la prohibición de indexación que rige en el país, lo
que muy probablemente colabore a generar mayor inflación en la economía,
perjudicando así a la economía en general.
El punto más negativo sin dudas tiene que ver con la omisión de
especificar los casos en los que las locaciones quedan comprendidas por la
normativa de protección al consumidor. Lo que se traduce en una excelente
oportunidad para los senadores, de introducir este aspecto reclamado
insistentemente por la Federación Argentina de Defensa del Inquilino (FADI).
Estamos frente a una ley que, con los ajustes adecuados, está llamada a mejorar la vida de millones de argentinos.
Estamos frente a una ley que, con los ajustes adecuados, está llamada a mejorar la vida de millones de argentinos.
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